En Talca, la Selección Colombia Sub-20 volvió a creer. De la mano de un descomunal Neiser Villarreal, autor de un triplete histórico, la Tricolor venció 3-2 a España y se clasificó a las semifinales del Mundial de Chile 2025. El sueño sigue vivo: México o Argentina será el siguiente obstáculo.
En el fútbol hay días que quedan tatuados en la memoria colectiva, y el de Talca será una de ellas. Colombia no solo ganó, resistió, sufrió y resurgió. Lo hizo con el corazón, con fútbol directo y con un delantero que decidió que esta historia debía escribirse con su nombre: Neiser Villarreal.
Desde el pitazo inicial, el libreto fue claro: España monopolizó el balón, pero Colombia tuvo la intención de dañar con cada contraataque. Era el choque de dos estilos, el toque versus la velocidad, y en medio de esa pugna táctica emergió el vértigo cafetero.
La primera chispa la encendió Óscar Perea al minuto 5, cuando rompió líneas y habilitó a Villarreal, que por poco abre el marcador. Fue apenas un aviso. La defensa española se vio incómoda ante la presión y los desmarques constantes del #21, quien minutos más tarde sería el héroe de la jornada.
En el minuto 38, una jugada coral nacida en los pies de Julián Bazán terminó en los botines de Jordan Barrera, que sirvió un centro medido. Villarreal, con olfato de nueve puro, apareció para empujar el balón y poner el 0-1 que silenciaba el Estadio Fiscal de Talca. Colombia se iba al descanso con ventaja, pero no con tranquilidad.
La segunda mitad trajo drama. España ajustó las bandas y en apenas diez minutos volteó el marcador con goles de Rayane Belaid (56’) y Jan Virgil (63’). Era un mazazo, pero también el momento en que se mide la madera de los equipos grandes. Y esta Colombia tiene eso: carácter.
El técnico César Torres movió el tablero. Con el ingreso de Jhon Rentería, la Tricolor recuperó chispa y profundidad. Fue él quien asistió a Villarreal para el empate 2-2, en una jugada que reavivó la ilusión y cambió la energía del partido.
A partir de ahí, el duelo se volvió eléctrico. Colombia rozó el tercero con Bazán, y Jordan García, el arquero cafetero, respondió con reflejos felinos para mantener el empate. España dominaba la posesión; Colombia, el corazón.
Y cuando el reloj agonizaba, el destino tenía reservado su clímax. Al minuto 89, un error defensivo español dejó a Neiser Villarreal solo frente al arco. El delantero no dudó: definió con sutileza, con frialdad de goleador y alma de poeta. Hat-trick y clasificación a semifinales.
El pitazo final desató la locura. Los jugadores se fundieron en abrazos; César Torres levantó el puño al cielo. No fue solo una victoria: fue una declaración de identidad. Colombia no teme a los grandes, los desafía.
Fotos: @fcfseleccioncol
Informe: @ciroeltactico